sábado, 20 de noviembre de 2010

La mujer de la foto


Otra noche más y Leah espía a través de la ventana.
En el otro bloque, Viko se pone una camiseta gris de chandal y cambia sus deportivas por las zapatillas de estar por casa, se dirige al salón y enchufa la minicadena. Suena una canción irlandesa de los años sesenta, no es su favorita pero tampoco le desagrada. Esa noche no se deja caer en el sofá, no se duerme a las tantas de mala manera en aquel espacio incómodo. En cambio se sienta en una silla y contempla y mira al infinito. Sus ojos grises se quedan fijos en la fotografía que esta situada en lo alto de la pared, un acantilado y a lo lejos una mujer vestida de azul se sujeta una pamela a punto de ser robada por el viento. La mujer tiene una sonrisa tan risueña que provoca una leve risa en él. La recuerda. La recuerda tan bien, tan viva, también recuerda el dolor de la pérdida. Un dolor que se había alargado 4 años y que aún no había superado.

Viko se lleva las manos ala cabeza y se echa hacia delante, apoyando los codos sobre las rodillas y tapándose el rostro.

Leah ladea la cabeza y sus ojos descansan sobre la linea curva que dibuja el cuello de Viko, aún en la distancia, percibe su aroma.

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